Puedes utilizar tu esponja tanto en húmedo como seco.
Húmedo: utiliza la esponja húmeda si no necesitas demasiada cobertura, por ejemplo para conseguir una capa fina y bien distribuida. De esta forma, si tienes la piel seca, evitarás que se acumule el maquillaje en las zonas más resecas. No obstante, si la utilizas en húmedo, tendrás que tener más cuidado para no dejar marcas.
Seco: utiliza la esponja en seco para cuando uses tu corrector, si necesitas poner una capa más gruesa o quieres cubrir manchas o marcas.
Cuidados: Puedes utilizar tus esponjas más de una vez, pero sobre todo procura dejarla secar bien cuando la laves y cambiarla con asiduidad.
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